miércoles, 28 de mayo de 2008

Como si faltaran motivos...

"¿Qué se desea cuando se goza? Que todos los que nos rodean se ocupen de nosotros, que no piensen más que en nosotros, que no cuiden sino de nosotros. Si los objetos que nos sirven gozan, desde ese momento se ocupan más bien de ellos que de nosotros y, en consecuencia, alteran nuestro goce. No hay hombre que no quiera ser déspota cuando su miembro se pone rígido: se le ocurre que tendrá menos placer si los otros parecen sentirlo tanto como él; [...] la idea de ver a otro gozar como él lo lleva a una especie de igualdad que anula los indescriptibles encantos que le hace experimentar el despotismo. Por otra parte, es falso que haya placer en darlo a otros; esto es servirles, y el hombre que está excitado se halla muy lejos del deseo de ser útil a los otros. Al hacer el mal, por el contrario, experimenta todos los encantos de que disfruta un individuo vigoroso que puede hacer uso de su fuerza; él es quien domina entonces, es el tirano.
[...]
Esta debilidad con la que la naturaleza condenó a las mujeres, muestra incuestionablemente que su intención es que el hombre, que entonces goza más que nunca de su potencia, la ejerza mediante toda la violencia que le parezca, incluso con suplicios, si lo desea. ¿Acaso la crisis de la voluptuosidad sería una especie de rabia si la intención de esta madre del género humano no hubiese sido que el tratamiento durante el coito fuese el mismo que se dispensa bajo los efectos del cólera? ¿Quién es el hombre bien constituido, en una palabra, dotado de órganos vigorosos, que no deseará entonces, sea de una manera o de otra, maltratar durante su goce?"


Según Sade, si se tienen relaciones con una persona que disfruta del acto, nuestro goce se verá reducido. En cambio, si la persona no siente placer -o siente dolor, que es casi lo mismo-, nuestro goce será completo.

¿Acaso no les sobran las razones para probar? ;D


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