lunes, 21 de julio de 2008

Y el pecado dónde está?

Qué poco tiene de pecado este blog últimamente... creo que cambiarle el nombre fue un desatino, no? Aqui vengo a intentar redimirme.

Leyendo mis feeds encontré algo sorprendente, y vengo a compartir con ustedes el Vacuum Bed, un juguetito un tanto... curioso. Se trata de una funda de látex con un mecanismo para extraer el aire y dejarla al vacio. Bueno, eso no es muy curioso, lo interesante es que está diseñada para ser usada por personas. Uno puede recostarse dentro, el aire se extrae y tenemos un genial plastificado humano. Cuenta con dos aberturas, una en la boca, en la cual se introduce un cañito que permite a la persona respirar; la otra, como suponen, permite el acceso a la zona genital.

Especial para fetichistas del látex, amantes de la inmovilización o Amos con pocas habilidades para el bondage.



Aqui pueden ver la página de este llamativo juguete, donde hay algunos videitos que pueden esclarecer un poco sus dudas: Vacumm Bed


Particularmente, no me metería ahi dentro ni aunque de ello dependiera mi vida.

domingo, 20 de julio de 2008

El egoísta acto de ser padres

"No te quiero, hijo, por lo que sirves, sino porque eres, porque estás, porque no eres el que observo, sino el que está dentro de mi, en mi imaginación que te construye como ser excepcional que merece ser excepcionalmente amado" - J. Barylko

Hace un tiempo, una lectora (supongo) publicó un comentario en referencia a mi post sobre el pseudo-periodista que criticaba a los padres, en el cual dijo que tener hijos es un acto completamente egoísta. No puedo estar más de acuerdo con esa afirmación, pero no con la connotación negativa que le dio ella.

Es cierto que se tiene hijos sólo para satisfacer una necesidad interior, un deseo, una curiosidad; y con esto, uno no puede menos que ser egoísta. Es cierto. Los que disfrutamos siendo padres, tenemos la gran necesidad de ser necesitados, y ese es nuestro mayor pecado.
Pero entre tener un hijo y procurarle sufrimiento o hacerlo una persona inservible, hay un enorme abismo. El mundo es como es, y así lo acepto. ¿Por qué tendría yo ganas embarcarme en la quijotesca lucha contra el hambre o la contaminación? Reparo en esos problemas que me afectan en mi calidad de ser humano, pero no pienso que eso haga sufrir a mi hijo ni que el agujero de la capa de Ozono lo condene a una existencia tormentosa y vacía de sentido.

Sobre los padres que traen hijos sin querer, también disiento. Soy madre porque así lo quiso el azar, pero disfruto mucho siéndolo. Quien diga que los hijos no sirven para nada, probablemente tenga razón... un hijo no cotiza en la bolsa, no trae utilidades y, por el contrario, supone una gran inversión económica sin beneficios y cercena nuestra libertad. Si, hay que aceptarlo y tenerlo presente, porque esa es la realidad de las cosas. Sin embargo, que reconozca que no tienen utilidad y que no soy madre porque me lo planteé, no significa que vaya a hacer de su vida un paso miserable por el mundo.
Los hijos están ahi para que los amemos, y amar trae sufrimientos, frustraciones, sacrificios, y no siempre produce placer. Sin embargo amo a mis dos hijas y procuro darles todo lo que creo beneficioso para ellas, para que tengan buenos valores y principios sólidos, para que siempre tengan presente que la vida es una batalla que se libra con las armas que uno pudo conseguir a lo largo del camino, que este mundo neoliberal es cruel e injusto pero que lo que realmente importa no es el bienestar, sino estar bien con uno mismo. Las educo para que siempre tengan ganas de superarse y no se dejen llevar por las frustraciones, para que sepan discriminar el bien del mal, para que sean personas con calidad humana, tolerantes y de mente abierta. Intento estimularlas para que piensen, para que no repitan lo que escuchan y lo analicen primero, para que puedan forjar opiniones propias, para que conozcan el placer de la lectura y el poder de la imaginación, para que sientan deseos de conocer y aprender.

He leído casi una docena de libros de maternidad porque, a mis 18 años, tenia miedo de no poder hacer un buen trabajo. Aun lo tengo, lamentablemente la educación de los niños no se aprende en los libros, y no hay recetas mágicas que nos alivien la tarea o nos quiten el miedo. Pero hoy, a los 4 añitos de mi hija, estoy un poco más relajada.
Los padres no le deben nada a sus hijos, y ellos tampoco le deben nada a los padres. Uno es padre por convicción propia, y nunca espera que sus hijos tengan que devolverle nada.

El comentario de la lectora tiene mucho de individualismo, "lo que no me es útil no sirve". Los hijos no se miden con títulos de mercado, y si ese es tu pensamiento, está bien que no quieras tener hijos, probablemente sea lo mejor para vos y él.
Pero no es justo hacer generalizaciones conceptuales, porque habemos padres que sí nos preocupamos por hacer mejor a nuestro hijo, aunque el día a día de la crianza sea dolorosa y cueste mucho.

Pero un día los mirás, y pensás: valió la pena.


viernes, 18 de julio de 2008

¿BDSM en la filosofía?


Si, está bien... puede que me esté volviendo un poco -más- loca, pero últimamente todo libro de filosofía que cae en mis manos... ¡tiene connotaciones de la Dominación/sumisión! Es muy posible que sea producto de una sugestión psíquica o de la descontextualización a la que soy tan adepta, sumado a la amplia interpretación que puede hacerse de los filósofos, peeeero... no me crean, véanlo ustedes mismos:
"El segundo género del sentimiento bondadoso [...] es la cortesía, por la cual nos sentimos inclinados a mostrarnos agradables con los otros mediante la amistad, la aquiescencia a sus deseos y la ecuación de nuestra conduca con su manera de pensar."

"Prescindiendo de que los hombres, tan aficionados a galantear a las damas, se encontrarían en mala situación si ellas no estuviesen inclinadas a admitir sus lisonjas, esta condición no hace más que avivar sus encantos. Es un estímulo para mostrarse amable y graciosa, para abandonarse al juego de una jovialidad ingeniosa, y también para brillar en los variables recursos de las galas y realzar la hermosura."

"[...] lo mismo que también entre nosotros resulta ser tirano en la cocina el mismo hombre que fuera de casa apenas se atreve a mirar de frente a nadie."

"Las diferentes sensaciones de contento o disgusto descansan, no tanto sobre la condición de las cosas externas que las suscitan, como sobre la sensibilidad peculiar a cada hombre para ser grata e ingratamente impresionado por ellas. De ahí proviene que algunos sientan placer con lo que a otros produce asco"

Todas las citas de arriba corresponden a Kant en "Lo Bello y lo Sublime". No es que sean las únicas que hay, sino que son las únicas que recordé marcar, pero toda su obra está llena de pasajes semejantes. Mientras pensaba si era casualidad que sus palabras puedan volcarse tan bien en este ámbito, pensé en otros autores, y sucede lo mismo en Nietzsche -que no cito pero tiene hartas páginas dedicadas a la dominación y el gusto por la crueldad- y, paradójicamente, también es figura común en los demás filósofos irracionalistas y al parecer, en esto sí concuerdan con Kant.

Me disculpo por el bagaje, mi punto era: ¿es posible? ¿O yo estoy loca?


lunes, 7 de julio de 2008

Dime que cinturón usas...

A pedido del público, les traigo un adelanto de mi más maravillosa obra que pronto será publicada por Editorial Planeta (si Valeria Mazza puede, ¿por qué yo no?): una guía única para interpretar su personalidad a través del tipo de cinto que use. Pase y vea.

Pocos son los hombres que eligen sus accesorios, por lo general al momento de vestirse toman lo primero que tienen a mano y no se hacen demasiado problema. Pero aunque éste parezca un acto inconciente, hay muchos factores psicológicos que entran en juego al momento de comprarse la ropa, incuído el accesorio que hoy nos compete (si su mamá o esposa eligen sus cintos, no se preocupe... la guía puede ayudarlo a determinar cómo aparece usted a sus ojos)

Aunque hay varios factores que inciden en la relevancia del cinto a la hora de determinar la personalidad, hay casos que son absolutamente independientes, como por ejemplo:


Hebillas grandes
- Cintos con hebillas grandes: se distinguen a lo lejos y uno no puede evitar mirarlas por lo llamativas que resultan. Un hombre que se atreva a portar este tipo de cintos es muy seguro de si mismo, extrovertido y generalmente un poco idiota. También suelen tener tendencia a la agresividad.


Hebillas finas
- Cintos con hebillas finas: generalmente son de color marrón o negro, y su portador es una persona clásica, con cierto grado de timidez, deseos de pasar desapercibido y despreocupación por la apariencia.


Cintos de rockeros y demases
- Cintos de tachas: en personas jóvenes es símbolo de rebeldía e inmadurez... y en personas adultas aun más xD


Los más comunes, verdad?
- Cintos formales: un hombre que lleve cinto brillante con hebilla gruesa (dorada o plateada), delata resposabilidad, elegancia (el 99% de las veces, el cinto está a tono con los zapatos) y deseos de poder.




- Cintos extravagantes: una persona que use cintos de piel de animales exóticos, o cintos de cowboy (que además de ser un horror, van casi siempre acompañados de botas texanas), generalmente sufre complejo de inferioridad, son egocéntricos, celosos y alardean mostrando a su amante de turno.



- Cinto de moda: los hombres que usen cintos estéticos, de cuero de carpincho o con guarda pampa, gustan ostentar su dinero, son extrovertidos y viven haciendo relaciones sociales con todo el mundo. Cuidan su imagen y generalmente toda su ropa está a tono... ¿metrosexuales?


- Cinto sport: aunque depende en qué situación se use, este tipo de cinto es el preferido de los hombres más simpáticos, divertidos y relajados. Generalmente son muy despreocupados y siempre se los ve felices y dispuestos para cualquier plan. También son creativos, y saben tocar la guitarra queloque?


Bueno, no sigo porque sino no termino más.
Pero verán que no es un invento mio, el cinto puede determinar algunos rasgos de la personalidad de las personas y aunque parezca increíble, ¡es cierto! Los datos consignados arriba están basados en mis propias estadísticas y su aplicación les dio bastante confiabilidad. Sucede que como en mi ciudad no hay muchas cosas divertidas para hacer, ando por la vida mirandole los cintos a la gente y eso me entretiene... lo sé, no digan nada... soy super divertida.

También está vinculado con la ropa con la que se use. No lo voy a hacer más largo porque no creo que nadie haya leído hasta acá, pero -por ejemplo- si la persona lleva traje negro y camisa negra, y además el cinto negro, con un 300% de seguridad son personas sádicas que buscan denotar autoridad y poder.
Incluso logré establecer algunas relaciones entre los tipos de cintos y las profesiones... aciertan, tengo mucho tiempo libre, jaja.

¿No les dije? Toda una ciencia.

jueves, 3 de julio de 2008

Todo es cuestión de química

Como no me doy por vencida fácilmente, seguiré intentando seducir a mis defraudados porno-visitantes con las maravillas del mundo BDSM. Les debo aún el relato serio del post anterior, como tantas otras cosas que dejé en la mitad, como las decepciones de mi papi, las historias de mis alocadas mascotas, el relato fantasioso, el tema de los hijos y tantos otros... pero ya llegarán.

Hablando con un sorprendido cibernáuta, surgió el problemático tema: ¿cómo puede una persona disfrutar del dolor? Y ese es justamente la mayor prueba del desconocimiento que tiene la gente sobre los sadomasoquistas. Nadie disfruta del dolor por el dolor en sí, sino por lo que viene a raíz de él.

¿Qué es el dolor? Lecciones de la escuela primaria: el dolor es un mecanismo de defensa del cuerpo, y doy el conocido ejemplo del fuego; cuando uno pone la mano cerca del fuego por un descuido, el cerebro envía señales dolorosas y tu primera reacción es quitarla inmediatamente para proteger tu cuerpo. Como dije antes, el dolor sirve al cuerpo para señalar que algo anda mal, aunque -evidentemente- esto no siempre es así.

Para lograr la sensación de dolor (que es psicológica), se activan numerosos neurotransmisores, uno de los cuáles se encarga de liberar endorfina. ¿Qué es eso? Sin entrar en tecnicismos aburridos, la endorfina hace las veces de analgésico para aliviar el dolor e inhibir la transmisión del mismo. En las sesiones BDSM, la persona sumisa -a pesar de desearlo y saber que no será lastimada- siente temor y el cuerpo se pone en estado de alerta, generando además otra gran sustancia química, que es la adrenalina. De la misma forma que nos sucede al subir a una montaña rusa o practicar algún deporte, la adrenalina hace que nuestro ritmo cardíaco se acelere, nuestra tensión arterial suba y nuestra respiración aumente junto con el nivel de glucosa en sangre, todo esto para preparar el cuerpo para luchar o huir de la situación amenazadora que generó la secreción de adrenalina. Pero falta la consecuencia más interesante, que es la secreción de dopamina, considerada como la hormona del bienestar y responsable de que gran cantidad de drogas produzcan efecto.

Redondeando un poco el panorama: al recibir azotes en las nalgas, la persona experimenta temor y dolor, el cuerpo genera endorfinas para aliviar el dolor y adrenalina para confrontar el temor. A esto se le suma, como efecto secundario, la dopamina que produce un efecto similar al de las drogas (solo que éste es sano).

La ecuación queda así: Dolor/(Endorfina+adrenalina+dopamina)
Y claramente, da un resultado positivo.

¿Hice mucho lío? La cuestión es que no es el dolor lo que produce placer, sino las numerosas hormonas que se generan para combatirlo, que si se inducen el tiempo suficiente producen un éxtasis alucinante. Y son mecanismos que funcionan en todos los seres humanos, sólo es cuestión de probar... ;)