sábado, 26 de abril de 2008

Mis hámsters (mascotas II)

Esta vez las ganas de escribir me duraron más que nunca, disfrutenme.

Decidí volver a hablar de mis mascotas porque todas fueron especiales, pero no especiales por el cariño que les haya tenido o por cuánto me hayan cambiado, porque en realidad nada de eso pasó.
Ellos eran realmente especiales.

He tenido todo tipo de animales en mi casa: loros, perros, gatos, hamsters, pollos, pájaros, y una oruga. Sí, leyeron bien... tuve una oruga de mascota.

La primer historia, de la cual se ocupa este post, corresponde a mis hámsters. Tuve muchas, muchas de estas criaturitas. ¿Por qué? Porque se morían. Y yo soy muy insistente, jaja.

La que relata (o sea yo) tenia la (mala) costumbre de sacarlos de sus jaulas y dejarlos andar libremente por el piso porque sentía pena por ellos al verlos vivir encerrados (que considerada).
¿Qué hacian mis queridos y peludos bichitos para agradecerme? Intentaban huir! Estaban muy bien organizados, cuando los liberaba salían todos en distinta dirección, y cuando veía a uno y volvía la vista, los otros dos se habían metido en algun desagüe. Si, eso hacían, se metian en cuanto agujero encontraban tratando de hallar la libertad.

¿Más libertad de la que yo les daba? ¿Dónde iban a encontrar una hora diaria de esparcimiento? Ahh, pero eran muy desagradecidos y siempre intentaban huir. Algunos murieron en el intento, pero un afortunado tuvo la suerte de saber regresar. Y murió feliz en su jaula cuando le llegó el momento.

Los que no intentaban huir, saltaban de la jaula. No me pregunten cómo lo hacían, jamás pude averiguarlo. Pero ellos lo lograban, si. ¿Y eran felices luego de arrojarse al vacio? Lo dudo. Abajo los estaba esperando mi perro para darles pase a mejor vida. Perdí casi una docena de hamsters así. Y yo soy la responsable de la muerte de uno... estaba intentando meterlo en una pequeña caja de herramientas para llevarlo al veterinario, y al cerrar la tapa, no bajaba. Intenté una vez más, y al mirar vi a mi pobre y querido ratoncito que habia intentado escapar cuando lo aplastó la tapa. A los pocos minutos murió por una hemorragia interna (y como no!) :(
Jamás pude perdonarmelo.

Así que, si están planeando tener una mascota, los hámsters no son buena idea.
Son unos desagradecidos que siempre intentarán huir, por mejor que se les atienda.


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