miércoles, 18 de junio de 2008

No hay caso...

Sigo cumpliendo las consignas, pero colocarse los broches por iniciativa propia no tiene el mismo gusto que hacerlo bajo órdenes de mi Señor :(

¿Debería llamarlo y suplicarle perdón para demostrar mi arrepentimiento o acatar su prohibición y rogar que vuelva a comunicarse conmigo?


Mi Señor, ¡lo extraño!

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